sábado, 7 de diciembre de 2013

Hincar codos



CHANCHONADA  174º

Hincar codos.





Vamos a recordar el “vía crucis” legislativo en materia educativa, a nivel de España, no lo vamos a complicar con la legislación de cada Comunidad Autónoma.

Hasta 1980 permaneció plenamente vigente la Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación; la popular EGB. Ese año, la Ley Orgánica 5/1980, de 19 de junio, reguló el Estatuto de Centros Escolares, viéndose afectada por la Sentencia del Tribunal Constitucional de 13 de febrero de 1981.
La ley anterior es derogada por la Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación, sobre la que se pronunció, en recurso previo de inconstitucionalidad la STC 77/1985, de 27 de junio.

Esta ley fue modificada por la registrada como Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de Educación, que, además, derogó las siguientes normativas legales: Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo, Ley Orgánica 9/1995, de 20 de noviembre, de Participación, Evaluación y Gobierno de los Centros Docentes y Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación y la normativa sobre la Formación Profesional se regula por Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio.

Para hacer unas cuentas con los dedos (de esas que no saben hacer los políticos españoles): en 35 años de democracia hemos elaborado y puesto en práctica 7 Leyes Orgánicas para regular la educación; o sea una nueva Ley cada 5 años. Por lo tanto es evidente que habrá alumnos que a lo largo de su etapa escolar habrán pasado como mínimo por tres leyes escolares; muchas de ellas con normas contradictorias con la anterior.

Si revisamos todo el proceso de estos 35 años, vemos que los siguientes hechos.
A)     El nivel educativo y de conocimientos ha ido empeorando, sobre todo con las últimas reformas.
B)      La gestión de la educación y su aplicación práctica está en manos de las Comunidades Autónomas, pero nunca asumirán las culpas y responsabilidades de sus nefastas gestiones. La culpa siempre es del ministro de turno.
C)      En estos 35 años el ratio del número de alumnos por profesor se ha reducido en un 50%; pasando de 43 alumnos por profesor a 21 alumnos por profesor. Pero en cambio esto no se ha traducido en una mejora de los resultados académicos y de la calidad. ¿Algo tendrán que ver los profesores?, pues al tener a menos alumnos, deberían formarlos mejor,… pero no está sucediendo así, ¿por qué?
D)      El nivel de exigencia en conocimientos a los alumnos ha caído en picado. Lo normal es que superen los cursos aunque no tengan los conocimientos; a esto le llaman “progresar adecuadamente”, en nuestra época a esto lo llamaban SUSPENSO.
E)       El nivel del trabajo educativo del material ha empeorado, pero el precio se ha encarecido; un libro que antes estaba dedicado a alumnos de 14 años, ya los trataban como adultos; ahora ese material dirigido a personas de la misma edad, los tratan como niños.
F)       El nivel de compromiso de los padres ha empeorado de una manera alarmante; antes los padres te “incentivaban” a estudiar y a tener buenos resultados; ahora esos chicos y chicas ya son padres, pero no “incentivan” a su prole en el camino del esfuerzo, ni del sacrificio, ni de la educación, ni de la responsabilidad,… Estamos formando una generación de auténticos inútiles.


Sigo sin entender porque a los alumnos de hoy no se les puede censurar en público (darles una bronca delante de sus compañeros), no se les puede exigir más trabajo educativo (deberes para casa),… los alumnos se han vuelto intocables, a cambio de nada; de ser peores, más vagos, más ignorantes,… En nuestra opinión esto no está bien, vamos por mal camino y debemos dar marcha atrás y cambiar todo esto que no funciona. Ya se encontrarán estos jovencitos con la verdadera realidad de la vida real; en una entrevista de trabajo no le dirán progresa adecuadamente, le dirán: ¡NO!

También habrá que hablar de la profesionalidad de los docentes actuales. Hasta no hace muchos años, los profesores en España era unos profesionales mal pagados, pasaban hambre, tenían unos medios materiales muy escasos y que se renovaban cada 20 años,… aulas llenas de alumnos, pasando frío, con libros que pasaban por varias generaciones de hermanos y primos. Pero aquellos profesores se ganaron el cariño de muchos alumnos, de unos pobres padres,… formaron a las generaciones que fueron levantando este país atrasado y mayoritariamente analfabeto, que hicieron el salto industrial, que modernizaron las infraestructuras, que paso de exportar mano de obra barata a exportar mano de obra cualificada.

¡Quien ha visto aquel instituto de 1.987!, los alumnos iban a pié, al igual que la mayoría de los profesores, unos pocos alumnos privilegiados tenían una motocicleta, unos pocos profesores tenían coche,… Aquellas instalaciones sin calefacción, sin biblioteca, sin aula de estudio, sin laboratorios,… era el mismo lugar que hoy ocupa el Conservatorio Municipal,…

Son importantes los medios materiales, técnicos, económicos,… si. Pero, lo más importante son dos cosas muy básicas desde hace miles de años: PROFESOR y ALUMNO: el primero debe transmitir los conocimientos y formar como persona; el segundo debe aprender, esforzarse y respetar a este. Por desgracia, esta ecuación milenaria en España está fallando desde finales de los 90.

Por desgracia también tenemos el juego político dentro de nuestro sistema educativo; uno lo usan como sus centros de “adoctrinamiento” para formar a alumnos-votantes, y otros quieren que el sistema público no avance, pues sus hijos estudian en colegios privados,… y si este sistema fracasa, en el futuro más próximo sus hijos no tendrán competencia, para acceder a buenos puestos de trabajo. ¿Quién pierde con todo esto?, toda la SOCIEDAD.

Por desgracia, nuestros alumnos ya no saben que es eso de “hincar codos”.

Mirador do Monte Ancos, a 06 de Decembro do 2.013.

Ignacio Cuento Largo.  Profesor de la Facultad de Literatura de la Universidad de Las Torres de las Cotillas (Murcia; España)

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