CHANCHONADA 55º
Aprender de la Historia.
¿Por qué la imagen
de Alexander Hamilton aparece en el billete de 10 dólares, sin haber sido
presidente de Estados Unidos?. La razón para que Hamilton comparta este honor
es muy relevante, y aporta elementos de gran interés para el problema de la deuda
que aflige a los países europeos. Pero veamos primero quien fue
Hamilton, y qué hizo por la política económica de Estados Unidos.
Hamilton
fue el Secretario del Tesoro del gobierno de George Washington y supo dirigir
la política económica del naciente Estados Unidos en un momento en que ese país
estaba asolado por las deudas contraídas en su lucha por la independencia. Si
bien la ratificación de la
Constitución de 1788, le dio al gobierno federal la autoridad
de aplicar impuestos, Hamilton, que asumió el cargo en 1789, evitó deliberadamente
los prolongados acosos de la política fiscal. Pese a que Estados Unidos estaba
inmerso en un mar de deudas, Hamilton optó por no subir los
impuestos y aplicar drásticos recortes presupuestarios. Su lema
era de gobierno: la única forma de superar
la situación económica era generar crecimiento y confianza.
Y la tarea era
titánica. El valor nominal de la deuda federal y estatal en 1.790 era de 74
millones de dólares, el producto del país en 1790 ascendía a la suma de 1,6
millones de dólares, lo que indica un
ratio deuda/ingreso de 46 veces. Hoy, se asustan muchos países cuando
ven que su deuda se empina por sobre el 100 por ciento del PIB
(relación 1 a
1). Por eso que el ejemplo de Hamilton demuestra que el “problema” de la deuda
pública, llamado también por algunos “acantilado fiscal”, no es en verdad un
problema si se aplican criterios como los que implantó Hamilton.
Hamilton
señaló que todas las deudas serían canceladas, y para ello urgió al gobierno a
asumir todas
las deudas de los Estados, y establecer la solvencia del país
para evitar la situación de impago de cualquiera de los 13 Estados de ese
naciente país. Esta acción ayudó a consolidar la estabilidad de la Unión y a agrupar en un solo
conjunto esos trece Estados dispersos. El
gobierno federal asumió todas las deudas de los estados individuales y los
combinó en un solo fondo denominado “fondo de amortización de deuda”.
Esto quitó la presión que recaía en los Estados individuales, y ayudó a reducir
los intereses de los préstamos (hoy prima de riesgo), generando confianza y
estimulando la economía. En pocos años, esta notable idea de Alexander Hamilton
generó la recuperación y aportó más ingresos a la arcas del gobierno.
En 1794, cuatro
años después de que su plan entrara en vigor, el ratio deuda/ingreso pasó de
los 46 a
1 de 1790, a
15 a 1 en
1794, y en 1800 llegó a ser 8 a
1. Sorprende que hoy existan
presiones draconianas para que los países restrinjan sus aumentos de deuda, en
momentos que el aumento de deuda es una de las pocas alternativas reales para
salir de la crisis que se vive. Por eso que algo anda mal en la economía. Y todos aquellos que ven el aumento de
la deuda pública como el gran cáncer de la crisis, demuestran su
desconocimiento de la historia. Y ya se sabe, quien olvida las
lecciones de la historia, está condenado a repetirla.
Hamilton miró a la economía como un sistema de
planificación central, ese método
que tanto se exige a las empresas privadas para orientar su presente hacia el
futuro, y que les da su razón de ser. El
gran mérito de Hamilton es que supo esquivar las presiones (hoy
equivalentes a los planes de austeridad y los recortes presupuestarios) con una
idea de futuro en la que logró unificar a esos trece Estados en un solo país.
Por eso es un héroe, y figura con acierto en uno de los billetes verdes. Hamilton
ignoró la idea predominante en esos momentos, impulsada por Jefferson y
Madison, de que lo que valía era pagar la deuda (como se hace ahora), y persuadió al Congreso para
emitir nueva deuda con la cual levantar al país. Así fue como la
deuda aumentó, pero también aumentaron los ingresos producto de las nuevas
inversiones que generó la deuda nueva, atendiendo a las nuevas necesidades del
país. Para Hamilton, la marea creciente levanta todos
los barcos, incluyendo a los más débiles, y ayuda a diluir las disputas de
clases que dividen a los países.
Sólo
una vez que la crisis de deuda fue superada, Hamilton comenzó a aplicar
impuestos a las importaciones y a aumentar los aranceles a los productos
manufacturados importados que podían producirse al interior de Estados Unidos,
y también a los productos de lujo como el Whisky, que se importaba de Escocia.
Este ejemplo de
Alexander Hamilton se encuentra en el corazón de algunos académicos como
Hans-Werner Sinn y Franz Wolfgang, para ellos hay paralelismos sorprendentes
entre los problemas actuales de la zona euro y los Estados Unidos de hace 200
años. Tal como en esa época Carolina
del Sur y Massachusetts eran vapuleados por el peso de la deuda y nadie quería
prestarles dinero. Así hoy países como España, Grecia e Italia sufren las
inclemencias de la deuda y la falta de liquidez producto de una excesiva
confianza anterior en el crédito externo.
Por eso que los
primeros años de Estados Unidos son un precedente relevante para la Europa de hoy, y Alexander
Hamilton es algo así como un héroe. Ese
héroe que hoy requiere Europa para superar la crisis del empantamiento que le
ayude a mirar de frente el futuro. Si no comenzamos a poner remedio a
esta situación, el problema del paro durará años y nos acercaremos
peligrosamente a la zona de una alta probabilidad de un estallido social. Necesitamos políticos que usen el sentido común y se
preocupen con sinceridad por el bien del país, lamentablemente
los ejemplos que tenemos a diario, no infunden muchas esperanzas.
“In
memorian” de nuestro querido profesor de Historia, el Sr. Gómez Alfaro
(profesor en los PP. Somascos); sus semillas no han caído en
tierra estéril.
Mirador do Monte Ancos, a 2 de Abril do 2.013.
Johannes Freitag
Feierabend (“Juan Viernes Tiempo libre”).
Profesor de Hacienda Pública de la Universidad de Pölla
(Baja Austria; Austria)
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