CHANCHONADA 53º
Fracaso de la reforma laboral.
Con
una tasa de paro del 26,02 % y 5.965.400 desempleados, no me cabe la menor duda
de que el análisis de este estudio resultará bastante
interesante para nuestros lectores. No en vano, el desempleo es, sin lugar a
dudas, el principal problema de nuestro país, el más palpable y el que requiere
de soluciones más inmediatas. Los siguientes datos están sacados de un informe
del Mº de Trabajo.
El
primer dato que nos llama la atención es, como no podía ser de otra manera,
aquel que se centra en la edad de los desempleados. Prácticamente la mitad de
los parados españoles, el 48 %, son menores de 35 años.
Resulta evidente que España tiene un grave problema con sus jóvenes. No hay
trabajo para ellos y a estos no les quedará más remedio que emigrar y buscarse
la vida en otros países. Estamos condenados a perder a
una de las generaciones más preparadas de nuestra historia.
De hecho, si nos
fijamos en su nivel de estudios, el 45 % de los parados tienen formación universitaria,
además un 27 % ha estudiado Formación
Profesional o ha cursado un bachiller; un 72% tiene estudios de
secundaria o universitarios. Se observa, que realmente existe
una alta cualificación en un gran porcentaje de nuestros parados; no estamos
ante personas sin formación, que también las hay, sino ante hombres y mujeres
sobradamente cualificados.
Otro dato
interesante que podemos extraer del estudio es el que se refiere al tiempo que
llevan estas personas paradas, el 27 % de los parados llevan más de
dos años en esta situación y el 21 % lleva entre uno y dos años.
Esto pone de manifiesto la existencia de un grave problema de desempleo a largo
plazo, y ya algo más de la mitad de
los desempleados ya no cobran prestaciones por desempleo.
Observamos
en este caso como el desempleo comienza a arraigarse a las entrañas
de nuestra sociedad. El hambre de trabajo por los parados
españoles, se confirma cuándo analizamos los sacrificios que estos estarían dispuestos a
hacer para conseguir un puesto de trabajo. Los más
significativos son los siguientes:
- El 77 % aceptaría un trabajo aunque fuese con un contrato de corta duración.
- El 76 % aceptaría un trabajo que no esté relacionado con su formación.
- El 74 % estaría dispuesto a formarse en otro oficio o profesión.
- El 69 % se adaptaría a cualquier horario que le ofrecieran.
- El 63 % rebajaría sus expectativas con respecto al salario.
- El 56 % estaría dispuesto a cambiar de pueblo o ciudad.
Observamos en este
caso como la necesidad de conseguir unos ingresos trabajando prevalece sobre
cualquier otra situación. Estos indicadores ponen de manifiesto que la precariedad laboral irá a más
en España, porque
los desempleados están dispuestos a todo con tal de trabajar.
Ciertamente, este apartado me resulta inquietante, máxime cuando la reforma
laboral aprobada por el Gobierno abre la puerta a que situaciones de este tipo
puedan darse sin demasiados problemas.
Ciertamente,
el panorama es desolador. El paro en España representa un problema gravísimo
para miles de familias que observan como su vida pasa ante ellos sin que puedan
hacer nada para mejorarla. El Gobierno está en la obligación moral de dedicar el 300% de sus esfuerzos en combatir esta lacra. Se necesitan ayudas de todo tipo
para poner fin a la sangría del paro en nuestro país. De hecho, si
volvemos a los datos del estudio observamos como las principales demandas de
los parados son las relacionadas con la existencia de una bolsa de trabajo en
condiciones; ni que decir tiene que
los Servicios Públicos de Empleo han fracasado.
Se cumple un año
de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy y nos toca hacer
balance sobre cómo ha evolucionado el mercado laboral español en los últimos 12 meses.
De entrada, me reafirmo: la reforma laboral no ha
servido para nada. Considero oportuno aportar algunos datos objetivos
que nos permitan entender la nefasta decisión de nuestro Gobierno, dando vía
libre a una reforma laboral que como complemento vitamínico para nuestro
particular mercado laboral iba a resultar un estrepitoso fracaso, y así ha
sido; es una reforma que incentiva el
despido.
Si nos ceñimos a los datos, podemos comprobar como a lo largo del último año se han producido los siguientes hechos destacables en nuestro mercado laboral:
Si nos ceñimos a los datos, podemos comprobar como a lo largo del último año se han producido los siguientes hechos destacables en nuestro mercado laboral:
- La tasa de paro ha aumentado un 13,2 %.
- 850.500 empleos destruidos según la EPA.
- Los expedientes de regulación de empleo han aumentado un 66,2 % (datos de noviembre de 2012, los últimos publicados).
- El despido por causas objetivas se ha incrementado un 49 %.
- La pérdida de poder adquisitivo por parte de la población trabajadora es de 15% en el 2.012.
- No se ha puesto freno a la temporalidad.
Pese a ello, hemos
de tener en cuenta que si bien la reforma laboral ha tenido gran parte de culpa
en esta situación, no es la única responsable de estos datos tan desoladores.
De hecho, incluso podríamos creer que el Gobierno ya contaba con que
se diesen estos resultados tan catastróficos. No debemos olvidar
que en el trasfondo de la reforma laboral encontrábamos el deseo de ofrecer a
las empresas instrumentos que les ayudasen a rebajar las condiciones laborales
de los empleados, reducir salarios, desvincularse de los convenios, perder
derechos adquiridos por lo trabajadores, precarizar los contratos,...
Mucho me temo que la destrucción de empleo ha sido
excesiva y encontrar una explicación a ello es bastante complicado.
Queda por ver si a largo plazo estas mismas empresas
tendrán incentivos para volver a contratar personas y de esta
forma generar empleo. Siendo sinceros, lo cierto es que a día de hoy el futuro
se muestra desalentador. La devaluación salarial sufrida y el empobrecimiento
casi generalizado de la población están lastrando el consumo, lo que
difícilmente propiciará un incremento de la inversión empresarial a corto o
medio plazo. Considero que devaluar
salarios no era necesario, porque estos no son altos en comparación con los de
nuestros vecinos europeos, más bien habría que haber abaratado la
contratación.
Mención aparte
merece el hecho de que en España tenemos un grave problema, debido a los excesivos
tipos de contratos que existen
y que lo único que consiguen es fomentar la temporalidad en el empleo.
A fecha de enero de 2013, los datos de contratación en España del año 2.012,
había apenas 1 millón de contratos indefinidos por casi 13 millones de
contratos temporales. Esta aberración al sentido común sólo podría solucionarse
con la existencia de un contrato único, en el que trabajador y empresario pactasen las condiciones de la
relación contractual y en el que la indemnización por despido fuese creciente
en función del número de años trabajado; esta es la base de la
contratación del modelo de muchos países de centro-Europa: Austria, Alemania,
Holanda, Chequia,… ¡¡Hay que copiar lo que
funciona!!
El fracaso de la
reforma laboral se confirmará cuando se haga evidente que la
economía española no tiene incentivos para generar empleo. Cuando
nos demos cuenta de ello, el desempleo ya se habrá enquistado en el sistema y
representará un problema estructural de difícil solución. ¿No sería este
el camino lógico a la creación de empleo?
Por mi parte, no conozco a nadie capaz de acelerar a la vez que pisa el
freno. Ya basta de gastar el dinero público en tonterías sin
sentido. El Gobierno tiene que invertir
en estas personas y sacarlas adelante. De lo contrario,
estaremos condenando al país a un futuro negro y sin esperanza.
Mirador do Monte Ancos, a 28 de Marzo do 2.013.
Camila Rosa Clara. Directora comercial adjunta de Abanderado, en
Quitacalzón (Valdivia; Chile)
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