CHANCHONADA 165º
Aprender a decir NO.
Los vecinos un pueblo cuando vieron que el pueblo vecino se planteaba la construcción de una casa de la cultura, se apresuraron a exigir a su Ayuntamiento que no consintiera ese agravio y que dotara al pueblo de una Casa de la Cultura en condiciones. Cuando el Ayuntamiento asumió el proyecto, los del pueblo clamaban por algo más y exigieron que la Casa de la Cultura tuviera un auditorio donde poder representarse obras de teatro, conciertos… con un aforo superior al pueblo vecino. Solo que los vecinos del pueblo, ni los gobernantes locales se habían planteado es que la apertura de la Casa de la Cultura implicaba la asunción de innumerables gastos: luz, limpieza, mantenimiento……..y personal.
Cuando ya estuvo
en marcha todo esto, alguien compartió en voz alta una reflexión: habría que
darle vida a ese auditorio y empezar a programar las actuaciones y los
espectáculos a realizar. Y ahí los vecinos del pueblo enarbolaron de inmediato
la bandera de la cultura y exigieron a los dirigentes del pueblo, que no se
podían conformar con obras de teatro amateur, sino que se tenía que aspirar a
algo más. De esta manera empezaron a actuar en el auditorio del pueblo las
mismas compañías profesionales que actuaban en la capital de la provincia. La
única diferencia era que en la capital de la provincia los espectadores pagaban
20 euros por la entrada, mientras que los vecinos del pueblo pagaban sólo 3
euros por ver la misma actuación. ¡No importa el Ayuntamiento
asume las pérdidas!
Los vecinos del
pueblo son también unos defensores de la educación de nuestros niños desde bien
pequeños. De hecho la guardería del pueblo es la que más éxito tiene en
toda la comarca. Por supuesto los padres de los niños del pueblo son los que
menos pagan por este servicio en toda la comarca. Un mal día, alguien en mi pueblo calculó los gastos
de esa guardería. Incluyó todos los gastos de material, suministro eléctrico,
teléfono, calefacción……..y personal. Se le ocurrió luego dividir esa cifra
resultante entre los usuarios del servicio. Repitió varias veces la
operación porque no daba crédito al resultado que obtenía: con lo que
pagaban los padres no se cubría ni la cuarta parte de los costes del servicio.
Y no hace falta que recuerde que a los vecinos del pueblo, no se les podía
subir el precio de la guardería porque con la educación no se juega. ¡No importa el Ayuntamiento asume las pérdidas!
Los vecinos del
pueblo se desviven por la protección del medio ambiente; de hecho el pueblo fue
de los primeros en implantar la recogida selectiva de los residuos. Alguien que se aburría empezó a hacer
números y le entraron escalofríos al comprobar el coste que para el Ayuntamiento
suponía este servicio básico. Este amargado de la vida cogió un recibo
de la tasa de basura que le giraba cada año el Ayuntamiento y comprobó que lo que pagaban los vecinos
de mi pueblo no cubría ni la mitad de los que costaba el servicio. Y no
hace falta que recuerde que a los vecinos del pueblo no se les podía subir tasa
de basura porque con el medio ambiente no se juega. ¡No
importa el Ayuntamiento asume las pérdidas!
Quiero destacar
también la tradición deportiva del pueblo. Esta tradición es
la que ha llevado a los vecinos del pueblo a exigir a los munícipes del pueblo
las mejores instalaciones. Ahora podemos mostrar orgullosos a nuestros
visitantes toda una piscina cubierta, que es la envidia de toda la comarca. Los
vecinos del pueblo pueden bañarse en una piscina pública aunque esté nevando en
el exterior. Nadie ha querido amargar
a los vecinos de mi pueblo con cifras sobre lo mucho que cuesta mantener esa
instalación con productos, limpieza, luz, reparaciones…….y personal. Evidentemente los usuarios de la piscina
pagan cifras irrisorias por este servicio. No exagero, si afirmo que
pagan la décima parte de lo que pagan en la capital de la comarca por acceder a
una piscina privada. Pero ningún inconsciente se ha planteado incrementar los
precios de los abonos que pagan los usuarios; no hace falta que recuerde que a
los vecinos de mi pueblo no se les podía subir ese abono porque con el deporte
y la salud no se juega. ¡No importa el
Ayuntamiento asume las pérdidas!
Los vecinos del
pueblo siguen atentamente las noticias por la televisión. Ahora sólo se
comentan las noticias
relacionadas con la economía. Con todos los acontecimientos que
se han ido sucediendo estos días, empieza a tomar fuerza en el pueblo una
corriente de opinión favorable a la drástica reducción del déficit de las arcas
municipales. Esa corriente de opinión apunta sus armas con
especial crudeza contra los empleados públicos. Dicen que los gastos de
personal son excesivos.
No me atrevo a
contradecir a los vecinos del pueblo porque son eso, son mis vecinos. Pero
alguien les tendría que explicar que quienes pedían la mejor Casa de la Cultura con las mejores
actuaciones, que exigían una piscina climatizada, un guardería municipal casi
gratuita, un servicios de basuras,… y todo ello cobrándoles a ellos un precio
irrisorio muy por debajo de su coste,… No
puede sostener ahora que los gastos de personal son los únicos que llevan al
déficit.
No sé si otros
vecinos, de otros pueblos, compartirán estas reflexiones que he realizado sobre
mi pueblo. Quizás en el pueblo vecino suceda exactamente lo mismo.
Posiblemente, salvando las distancias, en la capital de mi Provincia sucede
algo similar. A otro nivel, quizá en mi Comunidad Autónoma encontramos
paralelismos con estas situaciones que suceden en mi pueblo. Soy muy
osado y creo que es posible que en mi País podamos ver algo aproximado.
Me gustaría
explicar a los vecinos de mi pueblo, que en
momentos de severas dificultades económicas las partidas de
personal pueden verse afectadas, pero no solo ellas. Si en servicios
básicos como la sanidad empiezan a oírse las primeras voces que dejan escapar
algún comentario sobre el “copago”, en otros servicios que no son esenciales o
que lo son menos (cultura, ocio, deportes,....) la
participación de los usuarios de los servicios en el pago del coste real de los
mismos tiene que ser mucho mayor.
Alguien les tendría que explicar a los vecinos de mi
pueblo que con nuestra actitud, nuestras exigencias (consentidas por los
gobernantes de mi pueblo) todos hemos contribuido a generar el déficit
público. Alguien les
tendría que explicar a los vecinos de mi pueblo que todos deberíamos contribuir
a corregir el déficit público, no sólo los empleados públicos. Pues los dineros
de la caja municipal no puede asumir
eternamente, las pérdidas que generan año tras años todos los servicios
municipales. Ese alguien que tendría que hacer labor lectiva, de
explicar a todos los vecinos de mi pueblo como son las cuentas municipales, lo
que cuestan todos y cada uno de los servicios, que parte de los mismos se cubre
con las aportaciones de los usuarios,… todo ello es parte de la ingrata
labor de nuestros munícipes; pero cobardes ellos, o por ignorancia, no se
atreven a decir las verdades contables.
Mirador do Monte Ancos, a 18 de Novembro do 2.013.
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