Condensador de flujo.
Hoy vamos a realizar un pequeño
ejercicio de imaginación, bien no tenemos en “Delorean DMC-12”, ni nuestro
coche tiene un condensador de flujo, ni nada similar,… pero nada de ello nos va
impedir hacer un pequeño viaje espacio-temporal con nuestra imaginación. Vamos
a retroceder varios años, nuestro objetivo es regresar a los años 50 del siglo
XX, imaginar como era A Guarda en esos años.
En esos años, A Guarda y toda la
comarca miñota aún viven las penalidades de la posguerra, viven inmersos en el
racionamiento, escasez de alimentos, falta de medicinas, falta de combustibles,…
Es básicamente un micro-mundo encerrado en si mismo, cuyo entorno de influencia
social no va más allá de Eiras o de Oia; apenas hay automóviles, un viaje en autobús
a Vigo tarda algo más de 2 horas, la principal actividad económica es el “estraperlo”,
un contrabando con elementos de subsistencia que se importan de Portugal.
Evidentemente no hay cobertura
para el móvil, ni hay conexión a internet. La Tv aún está comenzando en España,
solo hay cobertura en las grandes ciudades. La vida transcurre a un ritmo
lento,… En este viaje al pasado, nosotros somos una extraña novedad que resulta
imposible pasar inadvertida: “turista hispano-americano”.
Una mañana observamos la llegada
de las gamelas a puerto, atracan en el varadero de la Ribeira, descargan el
pescado, las mujeres de los pescadores llenan cestos con el pescado que luego
cargan sobre sus cabezas, así cargadas emprenden unas caminatas a pie para
intentar intercambiar el pescado por productos agrícolas; algunas llegan hasta
Eiras, Fornelos,… y luego el regreso a casa. Básicamente en esos años, nuestros
abuelos practicaban una economía de subsistencia, le trueque era algo normal,
el objetivo era el sustento diario de la unidad familiar.
En esos años, posiblemente la
zona de la Marina fuese la más débil económicamente, la que pasaba más hambre.
La zona rural vivía algo mejor por sus producciones agrícolas y ganaderas; pero
con la llegada de la primavera comenzaba el éxodo de hombre maduros, jóvenes y
chiquillos para iniciar la temporada de la “Telleira”, 4 o 5 meses de duro
trabajo, 6 días a la semana durante 5 meses haciendo tejas, ladrillos,… por
pueblos de Galicia, Castilla, León y norte de Madrid. Para todos es una vida
dura, donde los niños y niñas desde su tierna infancia abandonan la escuela
para iniciarse en la vida laboral, primero como mano de obra para la unidad
familiar y más adelante ya laborando para terceros como jornaleros, empleados,
aprendices,… Evidentemente, esos niños y niñas que dejan la escuela a los 6, 7
u 8 años, apenas saben leer, escribir, conocen los números y poco más.
Muy posiblemente, aquellos niños
hoy son nuestros padres (en la mayoría de los casos) o abuelos; los hombres y
mujeres adultos de esos años, hoy son nuestros abuelos o bisabuelos, la mayoría
de ellos hace años que ya descansan en paz.
Un día, nuestro “turista
hispano-americano” se dedica a socializarse con los paisanos, que mejor lugar
para socializarse que la típica tasca de pueblo, con banco corrido, suelo de
tierra, barriles de vino,… Los paisano preguntan por nuestra procedencia, como
es la ciudad donde vivimos,… les invitamos a una ronda de tazas de vino (una
taza de vino llena hasta el borde, donde todos mojan el pulgar en el vino).
Les hablamos de una pequeña
ciudad que está sobre una colina, entre montañas. Les comentamos lo difícil que
es circular los días de verano, los atascos que se forman, lo complicado que es
encontrar una plaza donde dejar aparcado el coche,… son incapaces de imaginarse
grandes calles llenas de coches. Se asombran que nuestros hijos estudian hasta
los 20 años o más, a ellos les gustaría que sus hijos fuesen a la escuela y no
tuviesen que trabajar desde tan pequeños. Cuando les relato que hacemos las
compras en unas grandes tiendas, que están repletas de productos, hay
abundancia de carne, abunda el pescado, que no tenemos cartillas de
racionamiento, que nosotros mismos nos servimos lo que queremos y pagamos con
una tarjeta plásticas; sus ojos están abiertos de par en par, ni en sus mejores
sueños habrán visto un lugar así. La esposa del tabernero presta atención a los
equipamientos de nuestros hogares: varias televisiones, máquina para lavar la
ropa, otra máquina para lavar la vajilla, nevera con frigorífico, un par de
coches por casa,…
Realmente les estamos a narrar
como será su pueblo 40 años después, como viviremos sus nietos o biznietos,…
Para ellos todo lo que les describimos o es un sueño, una broma o una mentira
relatada por alguien que viene de muy lejos,… ¡¡más mentiras fantasiosas de
este “turista hispano-americano”!!
Pagamos otra ronda de vino y nos
despedimos; antes les pedimos que cuiden de sus hijos (después de todo son
nuestros padres), les decimos que ellos harán la mayor revolución social y económica
que verán las tierras miñotas; pues la mayoría de sus nietos y nietas serán
personas con estudios superiores, algunos serán altos funcionarios del Estado,
profesoras universitarias, abogados, médicos, fiscales, inspectores de
Hacienda,…
- ¡Que va, oh! O fillo dun
mariñeiro será mariñeiro; e as nosas fillas casarán con mariñeiros.
Más o menos, todos nos
reconocemos en esta historia; eran las historias que de niño nos relataban
nuestras abuelas o abuelos (los pocos que llegaron a la vejez) sobre las
miserias y penalidades que vivieron durante los años 40 y 50. La ruptura entre
su mundo y el nuestro la realizaron nuestros padres, no fue algo fácil, fue un
proceso complicado, duro,… pero todos ellos protagonizaron la mayor revolución
social acaecida en nuestra comarca, pero aún hoy no son conscientes de la gran labor que han hecho.
Esta revolución social comienza
con la inauguración de la “Sala de Fiestas Funchi 2” (nuestros padres no se
ponen de acuerdo en las fechas, los datos varian entre finales de 1.972 y el
primer trimestre de 1.974). En esa sala de fiestas, todos los fines de semana
se reúnen cientos de jóvenes, chicos y chicas, de todas las procedencias
sociales y culturales, del barrio de la Marina, de la Villa, de Salcidos, de O
Rosal, de Oia, de Camposancos, de Tabagón, de Loureza,… ¡¡¡¿¿¿Cuántas parejas y
matrimonios han salido de “Funchi 2”???!!!
Es un dato que desconocemos, son
más de 30 años de funcionamiento, posiblemente algunos de las primeras parejas
que se formaron allí hoy ya sean abuelos. Desde ese momento, la mayoría de los
matrimonios que se formaban en la zona de Oia, A Guarda y O Rosal era entre
personas de diferentes ayuntamientos, de estratos sociales distintos, se amplia
la movilidad social,… Con “Funchi 2” se rompieron muchos tabúes sociales que
estaban obsoletos y llevaban siglos funcionando.
Si antes era un tabú que una
chica de la Villa, de buena familia se casase con un chico de la Marina o de O
Rosal,… ¡¡¡menudo escándalo!!! Desde mediados de los 70 es la cosa más normal y
natural del mundo.
No recordamos el nombre y
apellidos del empresario y promotor oiense que puso a funcionar la “Sala de
Fiestas Funchi 2”. A nuestro entender su iniciativa empresarial puso en marcha
toda una revolución social, posiblemente el no fuese consciente de los hechos
que vendrían después; su sala de fiestas en pocos años finiquito y enterro el
viejo y caduco mundo del “cascarilleirismo” (bueno no están tan enterrado, aún
quedan zombies que se resisten a asumir que son muertos y deben de extinguirse).
De manera más o menos directa, la actual estructura demográfica y social de A
Guarda, Oia y O Rosal es consecuencia de la existencia de “Funchi 2”.
Desde este Mirador lanzamos la
siguiente idea: que el empresario promotor de la “Sala de Fiestas Funchi 2” se
le reconozca su gran labor como empresario, como mecenas social y otras cosas,
con la dedicación por parte de nuestros Concellos de una calle, plaza u otro
nombramiento honorífico, como hijo predilecto, hijo adoptivo, o concederle algo
a título postumo. ¡¡Es de gente bien nacida ser agradecida!! Sinceramente lo
vemos esto muy difícil, pues en la política local hay muy pocos agradecidos;
pero confiamos en las buenas gestiones del Sr. Rebollar Vega.
Gracias a todos por la atención
prestada, a disfrutar de las "Fiestas del Monte"; cogemos nuestro Delorean DMC-12; activamos el condensador de flujo y emprendemos
un viaje al futuro.
Mirador do Monte Ancos, a 30 de Xullo
do 2.015.
Francisco Jones Gallego (PACO JONES) . Ingeniero de producción y transporte de crudo de la TEXACO JONES OIL (CorpusChristi; Texas,
USA).
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